En los albores del siglo XVIII se celebra en Londres, el día de San Juan (24 de Junio de 1.717), una asamblea llamada de Francmasones especulativos que rápidamente se dará a conocer en la Historia bajo el nombre de Gran Logia de Londres . También en esta misma fecha existían otras logias que se reunían desde tiempo inmemorial, algunas de las cuales continuaron trabajando de forma independiente. En 1.751 estas independientes forman una Gran Logia rival: “La más antigua y honorable Sociedad de Masones aceptados y libres”. Los esfuerzos para reconciliar las a menudo encarnizadas rivalidades entre estas autoridades culminaron en 1.813, cuando las dos Grandes Logias se unieron para formar la “Gran Logia Unida de Inglaterra”.
El barón Hund , admitido francmasón en enero de 1.742 en una logia de Francfort, se hallaba en París en 1.752 . Un dignatario masón conocido bajo el nombre de Eques e Penna Rubra (Caballero de la Pluma Roja), le confiere los secretos de la masonería llamada templaria. Este caballero podría haber sido el rey de Escocia en el exilio, Carlos Eduardo Estuardo, y los secretos los habría conservado de su lejano antepasado Robert Bruce, que en 1.314 acogió a los templarios que huían de Francia y de las persecuciones de Felipe el Hermoso.
Hacia 1.760 Von Hund funda una logia regular en Unwerden y un capítulo en Droysich; llega a ser el responsable de la VII “Provincia” de la orden masónica templaria. Desde entonces se hace llamar Carolus Eques ab Ense (Carlos, el caballero de la espada). Sobre esta base va a estructurarse por etapas el sistema masónico y caballeresco que se convertirá en la Estricta Observancia Templaria, la cual se desarrollará hasta el convent[2] de las logias de Kholo en 1.764.
La francmasonería salida de la S.O.T. estaba constituida por cuatro grados simbólicos: Aprendiz, Compañero, Maestro y Maestro de San Andrés, seguidos por la Orden Interna que tenía dos grados más: Escudero Novicio y Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa (C.B.C.S.) . A estos se le agregaron en el siglo XVIII, por voluntad del mismo barón Hund, dos grados más que fueron muy secretos: Eques Profesus (Caballeros Profesos) y Grandes Profesos, reunidos en un colegio metropolitano. Estos, aunque comprometidos de manera total con la Orden, no ejercían , en tanto que componentes de esta “clase secreta”, función de responsabilidad o dirección administrativa alguna, ya que estas últimas eran competencia únicamente de la Orden Interior. Los Profesos y Grandes Profesos se dedicaban, mediante el estudio y la meditación, a profundizar en la doctrina expuesta en los textos (“instrucciones secretas”) conservados por el Colegio Metropolitano, estando encargados de vivificar la Orden, tanto por sus conocimientos como por su ejemplo de vida.
Implantados en Francia a partir de 1.773 bajo la acción del barón de Weiler (que constituyó los Directorios escoceses de las provincias de Borgoña - Estrasbirgo -, Auvernia - Lyón -, Septimania - Montpellier - y de Aquitania - Burdeos -), estos Directorios quedaron unidos al Gran Oriente por unos tratados concluidos entre 1.776 y 1.781. El centro de radiación más importante fue Lyón, gracias al ardor desplegado por uno de los masones más activos de la época, Jean-Baptiste Willermoz, que introdujo en los rituales, sobre todo los de los Profesos y Grandes Profesos, las ideas teosóficas de Martinez de Pasqually[3].
El barón Hund murió en 1.776. El nuevo Gran Maestro, el duque Ferdinand de Brunswik, en unión con Willermoz, se esforzó en investigar y precisar los orígenes reales de la Francmasonería. Este deseo había quedado ya manifestado en el convent de Kholo.
Entre 1.774 y 1.782, dos grupos de masones de Lyón y Estrasburgo, entre los cuales podemos citar a Jean y Bernard de Turkheim y Rodolphe Saltzman (Estrasburgo) y sobre todo a Jean-Baptiste Willermoz (Lyón) quién fue el alma pensante, trabajan intensamente en Francia para gestar lo que hoy en día conocemos por Régimen Escocés Rectificado. Podemos decir que la arquitectura del Régimen fue obra de Willermoz, dando forma a la doctrina que este Rito comporta.
Willermoz parte de tres orígenes históricos y de dos fuentes espirituales para dar forma a este Régimen. En cuanto a la estructura y simbolismo tanto masónico como caballeresco, los tres orígenes históricos son:
La Masonería francesa de la época con su proliferación de los grados más diversos (Willermoz los conocía todos y practicó muchos de ellos) y que una vez depurada, sería estructurada hacia 1.786 - 1.787 en un sistema que llevaría más tarde el nombre de “Rito Francés”, con sus tres grados y cuatro órdenes; sin olvidar los diversos grados cuya combinación constituye lo que se ha venido a llamar el “escocismo”. El sistema propio de Martinez de Pasqually (ver Apéndice), personaje enigmático aunque inspirado, al que tanto Willermoz como L-C. de Saint Martín reconocieron siempre como a su Maestro, denominado “Orden de los Caballeros Masones Elegidos Cohens del Universo”. La “reintegración martinezista” está reflejada en el R.E.R. desde sus primeros grados simbólicos, asumiendo su máximo desarrollo en las “Instrucciones secretas” para los Profesos y Grandes Profesos. La Estricta Observancia Templaria, también llamada “Masonería rectificada” o “Reformada de Dresde”, sistema alemán en que el aspecto caballeresco primaba absolutamente sobre el aspecto masónico y que pretendía ser heredera de la antigua Orden del Temple. Las dos fuentes espirituales son:
La doctrina “esotérica” de Martinez de Pasqually cuyo contenido esencial versa sobre el origen primero, la condición actual y el destino último del hombre y del Universo. La tradición cristiana indivisible, nutrida por los padres de la Iglesia. Partiendo de aquí, Willermoz dio a su Sistema o Régimen una arquitectura concéntrica, organizándolo en tres clases sucesivas cada vez más interiores al igual que más secretas, siendo desconocida cada clase interior por la que le era exterior. Por otra parte, dotó el recorrido iniciático desarrollado de grado en grado, de una enseñanza doctrinal progresivamente más precisa y explícita, gracias a las “instrucciones” que forman parte integrante del ritual de cada grado.
Esta concepción de conjunto (arquitectura del Régimen y Doctrina), fue oficialmente aprobada en dos etapas. Primeramente a nivel francés, por el Convento de las Galias, tenido en Lyón (Noviembre-Diciembre de 1.778) en el cual se decretó, entre otros, el Código Masónico de las Logias reunidas y rectificadas y el Código de la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa, de donde salen los textos constitucionales particulares todavía en vigor. Luego a nivel europeo, por el Convento de Wilhelmsab en Alemania (Agosto-Septiembre de 1.782), tenido bajo la presidencia del duque Ferdinand de Brunswik-Lunebourg y del príncipe Charles de Hesse, a la sazón principales dirigentes de la Estricta Observancia, quienes se adhirieron a lo que en esa época se vino en llamar la “Reforma de Lyón”.
Según las decisiones adoptadas en el Convento de las Galias y luego confirmadas por el Convento de Wilhelmsad, el Régimen Escocés Rectificado (desmarcándose así de la Estricta Observancia), renuncia a una filiación histórica con la orden del Temple, aunque recoge de ella una filiación espiritual, reflejada en la adopción en este mismo Convento, de la denominación de “Caballeros Benefactores de la Ciudad Santa”, haciendo con ello referencia a los “Pobres Caballeros de Cristo” de los orígenes de la Orden del Temple, y no a la Orden rica y poderosa en que sus sucesores la convirtieron a lo largo del tiempo hasta su disolución.
Tras la tormenta revolucionaria, el R.E.R. no resurgió, en Francia, sino de forma modesta, actuando especialmente en París con la Logia “El Centro de los Amigos” y en Besançon con “La Sinceridad y Perfecta Unión”; en 1.840 estaba adormecido. Pero en Suiza sobrevivió de forma duradera, constituyéndose el Directorio y Gran Priorato Independiente de Helvecia.
Sin embargo, en el interior de la masonería no había muerto el viejo sueño caballeresco. Así, en 1.910 despertó el R.E.R. en el mismo seno del tan agnóstico Gran Oriente de Francia de la época, a impulsos de Camille Savoire y Edouard de Ribaoucourt. Este último, ante las dificultades que suscitaba la vida de una Orden que quería ser cristiana, esotérica y templaria en el seno de una masonería materialista, se independizó rápidamente y creó en 1.913 la Gran Logia Regular e Independiente Francesa, mientras que Camille Savoire permaneció fiel al Gran Oriente. En 1.934, una querella interna en el seno de éste último llevó a una escisión que, conducida por Savoire, creó el Gran Priorato Independiente de las Galias en virtud de poderes concedidos por el Gran Priorato de Helvecia.
En 1.938 algunas Logias rectificadas fueron integradas en la Gran Logia de Francia. En 1.939 quedó en suspenso el Gran Priorato de las Galias, reiniciando sus trabajos en 1.945. El 7 de Julio de 1.958 el Gran Prior Andrés Moiroux, sucesor de Savoir, acordó un tratado con la Gran Logia Nacional Francesa mediante el cual las logias azules (grados de Aprendiz, Compañero y Maestro) rectificadas pasaban a la jurisdicción de la G.L.N.F., la única en Francia que detenta una patente de regularidad reconocida por la Gran logia Unida de Inglaterra. Lo mismo ocurriría en el resto de países, siendo estos grados administrados por la Obediencia masónica que en cada país ostente la regularidad internacionalmente reconocida. En España, esa Obediencia es la Gran Logia de España de acuerdo a los reconocimientos de la Gran Logia Unida de Inglaterra, que administra y garantiza la pureza en la práctica de estos rituales desde su misma fundación en 1.982, quedando el resto de la Estructura de dicho Régimen bajo la jurisdicción administrativa del Gran Priorato de España.
El R.E.R. , más que ningún otro rito[4], merece ser llamado el corazón de la francmasonería caballeresca y espiritualista. Su templarismo, su mística de los dos templos, de Salomón y de Zorobabel[5], sus cuatro grados simbólicos, sus altos grados de Escudero Novicio y de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa, no tienen otra finalidad que la reinstauración, a través de una mediación masónica, del verdadero espíritu que impulsó y animó a los Pobres Caballeros de Cristo. Mientras que la masonería especulativa conoció en los siglos XIX y XX muchos errores materialistas, muchos conflictos debidos principalmente al ateísmo militante de los miembros de la Masonería del Rito York, el R.E.R. , cada vez que apareció en la historia de la masonería, defendió una ética cristiana y caballeresca. Militando en favor de un juanismo absoluto (valor fundamental, para los miembros de este rito, del Evangelio de Juan, del Apocalipsis de Juan y de su esoterismo denominado “gnosis yoánica”, se ha entregado, por medio de la acción de sus miembros, a la misión de devolver al mundo moderno el sentido de lo sagrado, del dogma y del rito.
Verdadera sociedad secreta elitista, rehusando la publicidad con que se rodea en exceso una cierta masonería con ambiciones laicas, el R.E.R. pretende ser, por medio de sus altos grados, supervivencia auténtica ( si no histórica, al menos metahistórica ), de la Orden de los Caballeros del Temple. De esta manera, los C.B.C.S. , cuando celebran sus reuniones altamente secretas, ostentan el manto blanco con la cruz roja de los Templarios y el doble tahalí con la espada de que hablaba San Bernardo de Claraval en sus prolegómenos a la Regla de la Orden de los Caballeros del Temple.
Concluiremos esta breve exposición recordando que por su filiación espiritual, el R.E.R. reivindica, al igual que en su día la Orden del Temple, la doble calidad caballeresca y religiosa. Esta doble calidad, que aparece ya sutilmente marcada a lo largo de los grados masónicos y se confiere plenamente por el armamento, no es algo a emplear solamente en el mundo de los siglos XII ó XVIII, sino que es atemporal y los medios para llevarla a cabo, cuya naturaleza es esencial, permanecen inmutables, dado que consisten en la puesta en práctica de forma cotidiana y universal , de las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad. Esto se expresa en los deberes impuestos, no ya solamente a los C.B.C.S., sino también al masón rectificado desde el mismo grado de aprendiz, como son la defensa de la religión cristiana y el ejercicio de la beneficencia hacia todos los hombres y en particular hacia los más débiles y desvalidos.
En definitiva, como ha sido dicho, la realización espiritual que el R.E.R. propone como objetivo a sus miembros, proporcionándoles los medios para conseguirlo, es la de volver a ser hombres verdaderos, templos de Dios, Uno en tres personas.
APÉNDICE
Dado que la Orden de los Caballeros Masones Elegidos Cohens del Universo, fundada por Martinez de Pasqualis, no pudo conocer en su tiempo una consolidación esplendorosa debido principalmente a la muerte prematura de su fundador y a la exigente preparación que hacía necesaria la complejidad de sus enseñanzas y sus prácticas teúrgicas, ha dejado tras de sí un halo de misterio a veces mal entendido por los que han hecho el intento de comprender y analizar su legado, o lo que pudo constituir en su momento su esencia y finalidad. Intentaré dentro de lo posible aclarar el dato histórico de forma resumida.
De Martinez de Pasqualis[6], Louis Claude de Saint Martín no temía confesar que era el único mortal al que no conocía en todas sus facetas, y aún sigue siendo un enigma dos siglos más tarde. Nació en 1.727 en la región de Grenoble, no siendo el francés su lengua materna. Su familia era originaria de Alicante, España. Murió un martes, 20 de Septiembre de 1.774 en Puerto Príncipe, en la isla de Santo Domingo (actualmente Haití) afligido por unas fiebres cuando se disponía a recoger una herencia de un familiar.
Martinez de Pasqualis consagró su vida a su obra, y ésta obra era la Orden de los Caballeros Masones Elegidos Cohens del Universo, de la que era Gran Soberano y se proclamó como su fundador. La Orden de los Elus Cohens era una sociedad masónica, en primer lugar porque la francmasonería del siglo XVIII era por aquel entonces una de las pocas asociaciones toleradas por la iglesia católica romana, y en segundo lugar porque era también un vehículo privilegiado del esoterismo judeo-cristiano. Pero los Elus Cohens no son simples francmasones, y Martinez diría que ellos son los masones verdaderos: los sacerdotes elegidos (esto significa Elus Cohens), capaces de celebrar teurgia en el Templo después de haberlo edificado
En 1.754 según algunos (Thory), en 1.758 según otros, o en 1.760 lo más tarde, Martinez comienza a reclutar en las logias masónicas del mediodía y del sureste de Francia hermanos que estuviesen capacitados para llevar a cabo junto con él su proyecto de una Orden de Elus Cohens para la región occidental. Anteriormente no había señales de esta Orden como tal, sino que existía bajo una forma no masónica. Propagó su doctrina y reclutó adherentes en las logias de Marseille, Avignon, Montpellier, Narbone, Foix y Toulouse. Se establece finalmente en Bordeaux en 1.762, donde contrae matrimonio con la sobrina de un antiguo Mayor del regimiento de Foix. A pesar de algunas protestas, Martinez organizó materialmente bien su Orden, aunque esta fundación no se llegó a acabar nunca completamente.
En Bourdeaux, Martinez se afilia a la logia “La Francesa”, única de cuatro logias simbólicas que se mantenía en activo en la ciudad. Se esfuerza en reavivar el celo de los masones burdaleses y, después de asegurarse tras un minucioso examen, escoge a varios entre ellos y escribe, el 26 de marzo de 1.763 a la Gran Logia de Francia : “He elevado en Bourdeaux un templo a la Gloria del Gran Arquitecto, incluyendo los cinco órdenes perfectos de los que yo soy el depositario según la constitución de Charles Stuard, rey de Escocia, de Irlanda y de Inglaterra, Gran Maestro de todas las logias regulares repartidas sobre la superficie de la tierra, hoy bajo la protección de Georges Guillaume, rey de Gran-Bretaña, y bajo el título de Gran Logia <
Después de un intercambio de varias cartas, la Gran logia de Francia termina por entregar a Martinez una bula autorizando dar una constitución a su logia llamada a partir de ese momento “Française Élue Écossaice”, nombre con el cual fue inscrita en el cuadro de la Gran Logia de Francia el 1 de Febrero de 1.765.
Este mismo año, él partirá para París y establecerá relación con varios masones eminentes : Bacon de la Chevalerie, Lusignan, Loos, Grainville, Willermoz y algunos otros a los cuales dará sus primeras instrucciones. Con sus elegidos, el 21 de marzo de 1.767, sienta las bases de su Tribunal Soberano de París, nombrando a Bacon de la Chevalerie como su sustituto.
En 1.770, el rito Elus Cohens tenía templos en Bourdeaux, Montpellier, Avignon, Foix, Libourne, La Rochelle, Versailles, Metz y París. Otro más se abriría en Lyon, gracias a la actividad de Willermoz, llegando a ser el centro más activo de Martinez.
Aunque en principio la Orden de los Élus Cohens se presentó como un sistema de altos grados masónicos desprovistos de logias azules (aprendiz, compañero, maestro), pronto se vería obligada a incluirlos, dada las profundas diferencias existentes entre la masonería Cohen y la masonería clásica, incluso mística. La Orden quedaría dividida así en cuatro clases:
1ª Clase: Masonería Simbólica.
Aprendiz
Compañero
Maestro
Gran Élu o Maestro Élu
2ª Clase: Porche.
Aprendiz Élu Cohen
Compañero Élu Cohen
Maestro Élu Cohen
3ª Clase:
Grados del Templo.
Gran Maestro Élu Cohen o Gran Arquitecto
Caballero o Comendador de Oriente o Gran Élu de Zorobabel
4ª Clase: Secreta:
Réau-Croix
Los primeros grados eran conferidos por iniciación ritual (a menudo transmitidos en una sola ceremonia, es así como los recibió Saint Martín), los últimos por ordenación.
Martinez dispensa su enseñanza en la Orden oralmente y por medio de instrucciones de los diferentes grados. A los miembros del grado más elevado les remitía el manuscrito del Tratado de la Reintegración de los Seres. Esta doctrina de la reintegración con la práctica teúrgica correlativa forma el tesoro más importante del cual la Orden es depositaria .
Tras la muerte de Martinez en Santo Domingo en 1.774, Caignet de Lèstere le sucede en la dirección de la Orden, pero le será imposible ocuparse activamente de la misma. Las escisiones comienzan a producirse. Caignet muere en 1.778 y transmite su legado a Sebastián de las Casas. Este último no consigue renovar las relaciones rotas entre los diversos templos de los Élus Cohens y rehacer la unidad del rito, fomentando la disolución de los capítulos restantes. Poco a poco, los templos irán pasando a sueños. El último en entrar en sueños fue el de Toulouse en 1.792.
Es entonces cuando Willermoz decide emprender la reforma de la Estricta Observancia Templaria, siendo él uno de los dirigentes más activos tanto de la S.O.T. cuyo principal foco en Francia se hallaba en Lyon en la logia “La Bienfaisance” como de los Élus Cohens de la misma ciudad. Willermoz transmite así al Régimen Escocés Rectificado la doctrina de los Elus Cohens, pero no la práctica teúrgica. Y si bien es cierto que muchos de los Élus Cohens se reencontraron en la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa, éstos tenían por consigna formal no revelar nada allí de la teurgia ceremonial, ni tan siquiera de la existencia de ésta teurgia en sí misma.
La doctrina de la reintegración ha sido sutilmente expuesta en los primeros grados simbólicos, después más claramente en la Orden Interior y de una manera perfecta en la doble clase secreta del Rito.
FUENTE: Portal Martinista del Guajiro
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